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El sector de la música en directo, en concreto los festivales de música, evolucionan virando hacia nuevos panoramas con el fin de abarcar diferentes audiencias.
En el post de hoy comentaremos el nuevo concepto de “feria de festivales”, que se trata de un tipo de feria empresarial que incluye festivales entre sus actividades.
El ejemplo que más repercusión ha tenido es el Bime, una feria que cuenta con actividades musicales en vivo conocida como "Bime Live", celebrado dentro del recinto, y el "Bime City", un recorrido por distintos locales de Bilbao donde actúan grupos y artistas emergentes gratuitamente. Por otro lado, se encuentra el "Bime Pro", enfocado al ámbito profesional y empresarial y ubicado en el recinto ferial.
Cartel del BIME 2019 (bime.net)
“En la actualidad es una de las “ferias empresariales” dedicadas al mundo de la música más importantes de Europa, en la que profesionales del sector musical de todo el mundo – con especial representación latinoamericana – se dan cita junto a empresas de marketing, del videojuego y las aplicaciones móviles en un afán por conseguir que la música avance al son de las innovaciones tecnológicas” (AMP, 2016).
Según varias fuentes, el Bime siempre cuenta con la participación de grandes artistas en su faceta de festival “Bime Live”, donde resaltan estilos musicales como rock, electrónica, pop o hip hop, entre otros.
Paralelamente, existen festivales bastante multitudinarios que buscan su diferenciación en el entorno donde se celebran. Sin ir más lejos, encontramos el Vida Festival, celebrado en Vilanova i Geltrú, Barcelona. El Vida Festival es un festival que tiene lugar en un entorno natural, escapando de las masificaciones de los festivales de verano de las ciudades y de carteles con artistas que usualmente visitan muchos de los festivales que se celebran a lo largo de la Península Ibérica, lo que muestra un perfil muy alternativo por parte de la organización.
Fotografía tomada durante el Vida Festival (femturisme.cat)
Como conclusión, podemos observar que el sector festivalero es muy flexible como para poder innovar y modificar conceptos año tras año, teniendo así un impacto muy beneficioso a nivel económico, social y cultural en la geografía española.
